miércoles, noviembre 18, 2009

Paréntesis III: Vizca Barça.-







20 de Octubre. Sueño cumplido. Pisar el Nou Camp, el estadio del mejor cuadro del planeta se hizo realidad. Partido por la Champions League. Un clima de fiesta, música y color por donde se mire. Lamentablemente el resultado no era el que esperábamos. 26 partidos invictos de local y el FC Barcelona se le ocurre perder 1-2 contra unos rusos de medio pelo el mismo día de nuestra visita. De todas maneras el tiqui-taca catalán es un espectáculo imposible de borrar de nuestra memoria.

Peralta: En la cima de Huesca.-






El nombre de Peralta de la Sal aparece en la documentación medieval como Petra Alta por su situación al pie de una gran roca. El territorio donde está enclavada Peralta era pretendido, entre otros poderes, por los catalanes, quienes llegaron a cercar a finales del siglo XI la vecina villa de Calasanz, tenencia aragonesa que ostentaba Fortún Dat. Los ataques de los catalanes partían desde el castillo de Momegastre, enclavado en el término de Peralta, pero estas tentativas fueron rechazadas por las tropas de Pedro I. Finalmente, Peralta fue entregada como honor a los condes de Urgel, quienes la retuvieron hasta el siglo XIII, cuando el vizconde de Cabrera arrebató todo el condado a doña Aurembiax, último miembro de la casa de Urgel. Desde 1234 quedó vinculada a la familia de don Ramón de Peralta, en cuyo poder estuvo hasta el siglo XIX. Desde 1970 forma mancomunidad con Gabasa y Calasanz, de ahí el nombre de Peralta de Calasanz dado al municipio.

Un fin de semana difícil de olvidar. Tras una breve recorrida por Zaragoza nos dirijimos hacia la montaña de Peralta en Huesca. Visitar un pueblito español en la montaña fue toda una vivencia inexplicable. Caminar por las callecitas empinadas, subir la montaña a conocer el fuerte de La Mora, la capilla, sentarse a tomar un vermouth en un típico bar de pueblo, conocer Benabarre y visitar sus granjas, sus chocolaterías y, almorzar una típica paella de mariscos y conejo, y con el plus de pasear con amigos por la madre patria fueron dos días que nos marcaron para siempre.

La Rambla: Lejos del concepto costero.-






La Rambla es el nombre del emblemático paseo de la ciudad de Barcelona, que va desde la Plaza de Cataluña, centro neurálgico de la ciudad, y el puerto antiguo. El paseo está lleno de gente de día y hasta altas horas de la noche. Está jalonado de kioscos de prensa, flores y aves, actores callejeros, cafeterías, restaurantes y comercios. Cerca del puerto acostumbran a instalarse mercadillos, así como pintores y dibujantes. Paseando por La Rambla pueden verse varios edificios de interés, como el Palacio de la Virreina, así como el mercado de La Boquería y el famoso teatro de El Liceu, en el que se representan óperas y ballets. Una de las calles laterales, de pocos metros de longitud, conduce a la Plaza Real, una plaza con palmeras y edificios con soportales que acogen multitud de cervecerías y restaurantes, y en la que se reúnen los fines de semana los coleccionistas de sellos y de monedas. La Rambla recibe en sus diferentes tramos diversa nomenclatura, por lo que también es usual su denominación en plural: Las Ramblas. Desde la Plaza de Cataluña los diferentes tramos reciben los siguientes nombres: Rambla de Canaletes, Rambla dels Estudis, Rambla de Sant Josep, Rambla dels Caputxins, Rambla de Santa Mònica. El paseo desemboca en el puerto antiguo (plaza Portal de la Paz), donde se ubica la célebre estatua de Cristóbal Colón, desde allí una amplia pasarela de paseo a la que se denomina Rambla de Mar lleva hasta la zona del Maremágnum.

La casa Battló.-






La Casa Batlló de Gaudí trata de una remodelación integral de un edificio previamente existente en el solar, obra de Emili Sala Cortés. En el número 43 del Paseo de Gracia de Barcelona, la ancha avenida que atraviesa el barrio modernista del Ensanche, en la llamada "Manzana de la Discordia", se encuentra esta maravillosa reliquia del art nouveau. Gaudí recibió el encargo del industrial Josep Batlló i Casanovas de reformar un edificio construido en 1875 por Emili Sala Cortés; para la remodelación, Gaudí se centró en la fachada, el piso principal, el patio de luces y la azotea, y levantó un quinto piso para el personal de servicio. La fachada se hizo con piedra arenisca de Montjuïc, tallada según superficies regladas en forma alabeada; las columnas tienen forma ósea, con representaciones vegetales. La carpintería es igualmente de superficies curvas, y las ventanas son de vidrios de colores de formas circulares. Gaudí conservó la forma rectangular de los balcones del edificio anterior, con barandillas de hierro con forma de antifaz, dando al resto de la fachada una forma ondulada en sentido ascendente. Asimismo revistió la fachada con cerámica de pedazos de cristal de varios colores (su famoso "trencadís"). El patio interno se cubrió con una claraboya de cristal sostenida por una estructura de hierro con forma de doble T, que apoya en una serie de arcos catenáricos. Este patio fue igualmente revestido de azulejo, con una ingeniosa gradación de color desde el azul de la parte superior hasta el blanco de la inferior, para mejor aprovechamiento de la luz. El piso principal decorado enteramente por Gaudí, tenía un salón con un techo en forma de cielo raso de formas helicoidales en relieve. En la azotea destacan las chimeneas de formas helicoidales y rematadas por sombreretes cónicos, revestidas de vidrio transparente en su parte central y de cerámica en la superior, y rematadas por unas bolas de cristal transparente rellenas de arena de distintos colores. Culmina la fachada una bóveda formada por arcos catenáricos cubiertos con dos capas de ladrillo, recubierta con cerámica vidriada en forma de escamas (en tonos amarillo, verde y azul), que recuerda el lomo de un dragón; en la parte izquierda hay una torre cilíndrica con los anagramas de Jesús, María y José, y con la típica cruz gaudiniana de cuatro brazos.

La casa Batlló es una visita que no se puede obviar al caer en Barcelona. Al recorrerla por los distintos rincones uno queda estupefacto de la imaginería Gaudí. A pocos días de culminar el viaje: capacidad de asombro 100% intacta.

Barcelona: Tras la huella de Gaudí.-





Barcelona es una ciudad situada en el nordeste de España, capital de Cataluña, de la provincia homónima y de la comarca del Barcelonés. Se ubica a orillas del mar Mediterráneo, unos 120 km al sur de la cadena montañosa de los Pirineos y de la frontera con Francia, en una llanura limitada por el mar al este, la Sierra de Collserola al oeste, el río Llobregat al sur y el río Besós al norte. Por haber sido capital del Condado de Barcelona, se suele aludir a ella con la denominación de Ciudad Condal.

2 horas de ruta por la autovía A2 desde Lérida a Barcelona. Recorrida por la Universidad Politécnica (donde Diego estudia Arquitectura) y subte directo al centro de la ciudad. Es claro que al instante de descender del metro fuimos en busca de las huellas y símbolos que Gaudí dejó en una de las mejores ciudades visitadas en estos meses de viaje. Realmente espectacular, una ciudad que te cautiva a cada paso. Los chaflanes de la ciudad tras el plan Cerdá que generan perspectivas increíbles y los moblamientos urbanos, la mayoría diseñados por Gaudí hacen de Barcelona una ciudad super seductora.

Gaudí fue un arquitecto con un sentido innato de la geometría y el volumen, así como una gran capacidad imaginativa que le permitía proyectar mentalmente la mayoría de sus obras antes de pasarlas a planos. De hecho, pocas veces realizaba planos detallados de sus obras; prefería recrearlos sobre maquetas tridimensionales, moldeando todos los detalles según los iba ideando mentalmente. En otras ocasiones, iba improvisando sobre la marcha, dando instrucciones a sus colaboradores sobre lo que tenían que hacer. Dotado de una fuerte intuición y capacidad creativa, Gaudí concebía sus edificios de una forma global, atendiendo tanto a las soluciones estructurales como las funcionales y decorativas. Estudiaba hasta el más mínimo detalle de sus creaciones, integrando en la arquitectura toda una serie de trabajos artesanales que dominaba él mismo a la perfección: cerámica, vidriería, forja de hierro, carpintería, etc. Asimismo, introdujo nuevas técnicas en el tratamiento de los materiales, como su famoso “trencadís” hecho con piezas de cerámica de desecho.
Después de unos inicios influenciado por el arte neogótico, así como ciertas tendencias orientalizadas, Gaudí desembocó en el modernismo en su época de mayor efervescencia, entre finales del siglo XIX y principios del XX. Sin embargo, el arquitecto reusense fue más allá del modernismo ortodoxo, creando un estilo personal basado en la observación de la naturaleza, fruto del cual fue su utilización de formas geométricas regladas, como el paraboloide hiperbólico, el hiperboloide, el helicoide y el conoide. La arquitectura de Gaudí está marcada por un fuerte sello personal, caracterizado por la búsqueda de nuevas soluciones estructurales, que logró después de toda una vida dedicada al análisis de la estructura óptima del edificio, integrado en su entorno y siendo una síntesis de todas las artes y oficios. Mediante el estudio y la práctica de nuevas y originales soluciones, la obra de Gaudí culminará en un estilo orgánico, inspirado en la naturaleza, pero sin perder la experiencia aportada por estilos anteriores, generando una obra arquitectónica que es una simbiosis perfecta de la tradición y la innovación. Asimismo, toda su obra está marcada por las que fueron sus cuatro grandes pasiones en la vida: la arquitectura, la naturaleza, la religión y el amor a Cataluña.

Lérida: Un rinconcito catalán a puro Románico.-






Iltirta (la Lérida en tiempos de los iberos) era la capital de los ilergetas. Sus caudillos más famosos fueron Indíbil y Mandonio que estaban aliados con los cartagineses contra los romanos. El año 215 AC. fue decisivo. Tuvo lugar la Batalla del Ebro, donde Asdrúbal, hermano de Aníbal y comandante del ejército cartaginés cae derrotado frente a los romanos. Sus aliados Indíbil y Mandonio serían finalmente dominados el año 206 AC. El año 195 aC. trajo consigo una nueva e importante insurrección de las tribus ilergetas, lacetanas y ausetanas que fue sofocada por el cónsul Marco Porcio Catón y que supuso la muerte de los caudillos ilergetas Indíbil y Mandonio. El final de la Segunda Guerra Púnica traería consigo la romanización y asimilación por parte de las estructuras indígenas de la cultura romana. Iltirta se convertiría en Ilerda. El año 49 AC. Julio César libró una batalla de la Guerra Civil Romana contra Pompeyo Magno delante de sus murallas. Los musulmanes se apoderaron de Lérida con la misma facilidad que lo hicieron con el resto de la península, en el año 714. La ocupación se produjo entre el 716 y 719, en que el emir Al-Aahm y después Al-Hur hicieron capitular a la ciudad, en tratos que se respetaron. Posteriormente, el magnate aragonés Fortún se convirtió al Islam para mantener el poder lo que ayudaría a la sumisión del pueblo. El rey franco Ludovico Pío saqueó la ciudad en el 801, a los pocos días Amrus Al-Leridi la recuperó así como el resto de los territorios entre el 802 y el 809. Estas escaramuzas provocarían el endurecimiento del trato hacia los mozárabes, que finalmente tuvieron que emigrar. En el siglo IX los tugibíes constituyeron un reino de taifa, aunque fingiendo cierta fidelidad al emir de Córdoba. El último rey de Lérida fue Sulaymán, destronado por los almorávides en 1102. Éstos usaron Lérida como base de incursión en los condados catalanes. En 1149 la ciudad se rindió a las tropas cristianas de Ramón Berenguer IV el Santo y de Ermengol VI de Urgel. En 1264 el Rey Jaime I "el Conquistador" otorgó a la ciudad el Privilegio de Concesión de la Paeria, que en adelante sería la forma del gobierno municipal. Los siglos siguientes estuvieron marcados por la recesión, agravados por guerras y epidemias que culminaron con la (1640-1652). La ciudad quedó deteriorada y Felipe V encontró una Lérida en ruinas. La Seu Vella, cerrada al culto desde 1797, se convirtió en cuartel militar. La Catedral de la Seu Vella o catedral antigua de Lérida, es el monumento más emblemático de la ciudad, se construyó en estilo románico, aunque sus bóvedas son de crucería ojival góticas. Se alza en el cerro conocido como Turó de Lleida que domina la ciudad y la comarca del Segrià. En Cataluña la persistencia del arte románico hasta el siglo XIII produjo estructuras arquitectónicas como dicha catedral. Su estilo tardorrománico, o de transición, posee las formas románicas y la monumentalidad del gótico. Sus portadas y capiteles generaron un importante taller escultórico románico conocido como la Escuela de Lérida.

Aquí estuvimos los últimos 15 días de nuestro largo itinerario. La casa de Diego y Esther fue la base para los inolvidables recorridos de esas 2 semanas. El frío aún no nos alcanzaba pero ya notábamos que el invierno europeo estaba cerca. Lérida tiene un clima mediterráneo árido con tendencia continental, que es el propio del Valle del Ebro. Los inviernos son húmedos y muy fríos y los veranos cálidos, con lluvias escasas y sequía estival. No es extraño que a lo largo del año puedan registrarse temperaturas de algunos grados centígrados bajo cero en invierno y de hasta 40°C en verano. Es característica la niebla que en invierno suele ocupar el valle del Segre durante días. Es por esta última cuestión por lo que Lérida fue tenida como ciudad de castigo en ciertas épocas históricas.

lunes, noviembre 16, 2009

La Bajada.-






11 de Octubre. Sensaciones encontradas.

La llegada a España significaba el fin de un viaje en si mismo, y es que el viaje europeo en camioneta es un viaje propio dentro del viaje de Arquitectura. Idas y vueltas, malhumores, toma de decisiones que acarrean conflictos; proponer, aceptar, dar el brazo a torcer; saber tener elástico. Un aprendizaje constante durante los casi 90 días de ruta. Por momentos fastidioso y por otros no tanto, un eterno compartir como una gran kermés que no tiene fin. Lo realmente importante es poder llegar a hacer un balance en el cual todo da resultado positivo. Y así fue. Nuevas amistades, también algunas decepciones y una cantidad incalculable de nuevos personajes que hicieron de este viaje una experiencia inolvidable.

11 de Octubre. Sensaciones encontradas.

Y es que la bajada de la camioneta siginificó también que ya estábamos en España; específicamente en Lérida. La casa de Diego y Esther. Otro regalo personal que nos brindaba este maravilloso viaje. Poder reencontrarse con el amigo de la vida que hace ya unos años partió del paisito fue algo que anhelábamos ya hacía un buen tiempo. El recibimiento: 5 estrellas. Una patada a lo Lugano de los sagrados sandwiches de pan de molde para cenar por primera vez, vaya a saber uno hacía cuanto, de una buena carne al horno.

Andorra La Vella: El Chuy del primer mundo.-






Andorra la Vieja (en catalán y como denominación oficial Andorra la Vella) es la capital y una de las siete parroquias del Principado de Andorra, siendo también la más pequeña y la más poblada de todas. La población se reparte en tres núcleos: Santa Coloma, la antigua aldea de La Margineda y la propia Andorra la Vieja. La ciudad se encuentra situada en los Pirineos, en la confluencia de los ríos Valira del Norte y Valira de Oriente que forman el río Valira a una altitud de 1.123 metros sobre el nivel del mar, situándola como la capital de un Estado a mayor altitud sobre el nivel del mar en Europa. La presencia humana en Andorra se remonta a antes de la era cristiana. La parroquia de Andorra es mencionada por primera vez en el acta de consagración de la catedral de la Seo de Urgel en el año 839; es capital desde el establecimiento del Principado en 1278, después de que el Obispado de Urgel y el Condado de Foix decidieran compartir la soberanía del territorio andorrano.

Un stop de 2 días en este paraíso libre de impuestos, como si habláramos de un gigantezco Free Shop en el primer mundo. Fin de semana largo en España por la festividad del 12 de octubre, la pequeña ciudad colgada en los Pirineos reventaba de gente. Mayoritariamente turistas españoles que se agolpaban en las tiendas para no perder oportunidad en cada una de las promociones del weekend. Más allá de lo circunstancial de la fecha, Andorra es un destino incomparable a otro destino recorrido previamente. La montaña, la carretera, el paisaje, y la gente: un paraíso escondido en la montaña que asombra al espectador.

Carcassone: La última sorpresa francesa.-







Cuando todos nos preparábamos para entrar en la madre patria, a 2 días de llegar a la querida España, nos encontramos con esta joyita sureña francesa que nos dejó boquiabiertos. El mejor ejemplo conservado de lo que fue el medioevo. Un deleite recorrer la ciudad amurallada como si se tratase de un viaje en el tiempo. La Carcassonne de hoy se inició con la ocupación romana en el 10 a.C.. Comenzó a ser estratégicamente importante a partir del momento en el que los romanos fortificaron la cima de la colina, alrededor del año 100 a. C. y lo convirtieron en el centro administrativo de la colonia de Iulia Carcaso, denominada más adelante como Carcasum y Carcasso. La mayor parte de las murallas septentrionales son de esa época. Durante siglos, las fortificaciones se aumentaron y mejoraron. En el siglo V los visigodos construyeron los muros casi impenetrables. La ciudad quedó bajo el control de la Corona francesa en 1247, dando Luis IX, y su sucesor, Felipe III, la oportunidad de reforzar los muros. Fue durante este período cuando se desarrolló la ciudad nueva. En los siglos XVII y XVIII, Carcassonne pasó a un segundo plano en cuanto a importancia militar, desmoronándose algunos de sus muros. A mediados del siglo XIX, el Gobierno francés, volvió a restaurar la ciudad a su antigua gloria. Hoy en día es uno de los más impresionantes Patrimonios de la Humanidad declarados por la Unesco.

domingo, noviembre 15, 2009

La Ciudad del León.-






Lyon es la tercera ciudad más importante de Francia, después de París y Marsella, y la segunda área metropolitana del país. Actualmente es la capital del departamento de Ródano y de la región Ródano-Alpes. Situada al norte del corredor natural del valle del Ródano (que une Lyon con Marsella) y entre el Macizo Central al oeste y los Alpes al este, la ciudad de Lyon ocupa una posición estratégica en la circulación Norte-Sur en Europa. Antigua capital de la Galia durante el Imperio Romano, Lyon se convirtio en una ciudad comercial en la Edad Media y después en el siglo XIX en una plaza financiera de primer orden. Lyon fue fundada en la colina de Fourvière como una colonia romana en el año 43 a.C. por Lucio Munacio Planco, un lugarteniente de Julio César, en el lugar en el que se alzaba una fortificación celta llamada "Lug ó dunon". El general romano Agripa, aprovechó la situación de Lugdunum en la vía natural del norte al sur-este de Francia y la convirtió en el punto de partida de los principales caminos por toda la Galia romana, transformándose posteriormente en su principal ciudad y capital.

Con el tiempo uno distingue a primera vista las similitudes con las ciudades europeas. Estructuradas en torno a un río que circunscribe toda la ciudad y el casco histórico, los cuales son explotados turísticamente al 100%, una gran peatonal, principalmente de servicios y consumo, con perpendiculares destinadas a las tiendas de mayor elite en moda y demás. Cascos históricos muy bien conservados, con sus calles empedradas, las huellas de una edad media que no se borra. Pero la práctica hace que uno busque esos rinconcitos que hacen a la identidad de cada ciudad. Ese símbolo cotidiano que te permite recordar con facilidad cada sensación vivida durante el viaje. Lyon no fue la excepción. Los roces entre el pasado y el presente en la ciudad fue algo realmente cautivador. El respeto por la memoria colectiva. Una ciudad de las más bonitas de Europa que valió la pena recorrerla hasta bajo una lluvia intensa. De todas maneras, otra fue la marca que nos dejó el león. Tras largas horas de recorrida para encontrar un parking acorde para la camioneta y, una intensa caminata por la ciudad, el nuevo accidente automivilístico sufrido por la fiel Renault es el primer recuerdo de Lyon que se nos viene a la cabeza. Una salida distraida del parking trajo como consecuencia la rotura de vidrios y la destrucción total o parcial (vaya a saber si lo arreglaron) de la máquina expendedora de tickets de cobro junto a la barrera. Una gran anécdota de la cual esta vez, yo no me hago cargo.

Unité d´Habitation de Marsella.-






La unidad habitacional de Marsella es uno de los proyectos icónicos de Le Corbusier y uno de los puntos de referencia básico para cualquier arquitecto. Empieza a ser planeada inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial [1945-46], y comenzó a ser construida al 1951. El edificio proyectado para 1,600 habitantes es una enorme construcción de 140 metros de largo, 24 metros de ancho y 56 metros de alto, y preveía un funcionamiento interno de más de 26 servicios independientes. Cada piso contiene 58 apartamentos en dúplex accesibles desde un gran pasadizo interno cada tres plantas; algunos apartamentos ocupan la planta del pasadizo y la inferior, otras la del pasadizo y la superior. El proyecto fue la primera oportunidad para Le Corbusier de poner en marcha las teorías de proporción a escalera que terminarían en dar origen al Modulor. Al mismo tiempo constituía una visión innovadora de integración de un sistema de distribución de bienes y servicios autónomos que servirían de soporte a la unidad habitacional, dando respuesta a las necesidades de los residentes y garantizando una autonomía de funcionamiento en relación al exterior. Esta naturaleza autosuficiente pretendida por Le Corbusier era la expresión de una preocupación que comenzaba a surgir en los años veinte, en sus análisis de los fenómenos urbanos de distribución y circulación que comenzaban a repercutir en la sociedad moderna. Asentado sobre puntales en hormigón armado, el edificio fue concebido de manera de permitir una gran permeabilidad a nivel del suelo, con el nivel de la tierra funcionando como espacio de comunicación entre el exterior y el interior, con acceso a las comunicaciones verticales. Estos conceptos se volverían parte de la iconografía de Le Corbusier, que así dramatizaba la necesidad de relación de la construcción con el entorno urbano. Otro aspecto muy interesante de la unidad habitacional consiste a la utilización de la terraza como centro de funciones, siendo uno de los espacios de mayor vitalidad. Incluía: una pista del atletismo de 300 metros, un gimnasio cubierto, un club, enfermería, guardería y, espacio social. Estos servicios fueron dispuestos de manera que asimilasen las condiciones de visibilidad proporcionadas por la altura del edificio, enriqueciendo así la experiencia de vida de los residentes. Una de las obras que más nos cautivó durante los días de viaje. Lo irónico, sigue siendo increíblemente contemporánea.

La Costa Azul: Festivales y algo más.-






La Côte d'Azur en el sureste francés también conocido como Riviera francesa, es la denominación que recibe una parte privilegiada del litoral mediterráneo, uno de los centros mundiales del turismo que alberga localidades de referencia como Montecarlo, en el Principado de Mónaco, y Cannes conocida por su festival de cine. El origen del término se debe al escritor Stéphen Liégeard, que lo utilizó en 1887 para el título de su obra Côte d'Azur, inspirándose en el término Azur, que en heráldica significa 'azul'. Para Liégeard, la Costa Azul fue un nombre poético para llamar a la costa que se extendía desde Marsella hasta Génova, en Italia, y que se conocía como Riviera de Niza o Riviera de Génova.

Recorrer la ciudad de Niza, su puerto, sus ramblas y sus peatonales ajardinadas; las playas de Cannes y el aire glamoroso que se respira por sus calles; circular por la famosa ruta costera (que bastante vértigo nos hizo sufrir por cierto) para conocer St. Trophez y St. Raphael; tomarse el día en el Mediterráneo y sus arenas blancas; todo un itinerario de 3 días que difícilmente se nos borre de nuestras mentes. Pero para ser sincero, lo realmente inolvidable fue la noche de "P" en Cannes. Madrugada fría, el clásico despertar a medianoche, y descubrir que nuestra carpa, abierta de par en par, había sido objeto de nuestro primer robo en lo que iba de viaje. El resultado: una campera menos y unos pantalones prolijamente acomodados al exterior bajo agua que no fueron del gusto del profesional del hurto. Lo peor: la sensación de tener a alguien dentro de tu "cuarto" y no haber sentido absolutamente nada, digno de un thriller para el famoso festival de cine.