viernes, octubre 23, 2009

Munich: El monje de Bavaria.-






Según la leyenda, en 1158 un grupo de monjes se asentaron en colina Petersbergl. La primera inscripción de esta Villa de mönichen se tiene como la fecha de fundación de Múnich. Después Enrique el León decide asentarse cerca de la Villa de los Monjes y construye un puente sobre el río Isar para controlar el comercio de la sal, que tenía que atravesar el río. En el siglo XIII, la familia Wittelsbach, que gobernaba como duques de Baviera, se estableció en la ciudad. Después de un incendio, la ciudad fue reconstruida por el emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. Durante la Guerra de los Treinta Años, el rey de Suecia tomó la ciudad. A comienzos del siglo XIX la ciudad, al igual que el resto de Baviera, pasa a formar parte de la Confederación del Rin fomentada por Napoleón I. Tras el derrumbamiento del Imperio Napoleónico, Baviera se unió a la Confederación Germánica. Durante los reinados de Maximiliano I, Luís I, Maximiliano II, Luís II y la regencia del príncipe Luitpold la arquitectura y las artes en la ciudad florecieron como nunca. Luego de la victoria alemana en la Guerra Franco-Prusiana, liderada por Otto von Bismarck, Baviera y con ella Múnich pasaron a integrar el Imperio alemán. Al terminar la Primera Guerra Mundial, Múnich se convirtió en el foco de los principales movimientos que rechazaban las condiciones de paz que el Tratado de Versalles imponía a Alemania. En este contexto se llevó a cabo en 1923 el "Putsch de Múnich", levantamiento dirigido por Adolf Hitler.

Sin duda la gran ciudad alemana, Múnich nos recibió de la mejor manera. Mucha historia, una sociedad como pocas, y una cerveza de primera. A pocos días del Oktoberfest no podíamos partir de la capital de Bavaria sin degustar unas buenas pintas de birra.

Nota: La colina del Olympiapark donde se disputaron los JJOO del 72 es artificial al 100% con escombros de la ciudad tras la Segunda Guerra Mundial.

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