domingo, noviembre 15, 2009

Unité d´Habitation de Marsella.-






La unidad habitacional de Marsella es uno de los proyectos icónicos de Le Corbusier y uno de los puntos de referencia básico para cualquier arquitecto. Empieza a ser planeada inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial [1945-46], y comenzó a ser construida al 1951. El edificio proyectado para 1,600 habitantes es una enorme construcción de 140 metros de largo, 24 metros de ancho y 56 metros de alto, y preveía un funcionamiento interno de más de 26 servicios independientes. Cada piso contiene 58 apartamentos en dúplex accesibles desde un gran pasadizo interno cada tres plantas; algunos apartamentos ocupan la planta del pasadizo y la inferior, otras la del pasadizo y la superior. El proyecto fue la primera oportunidad para Le Corbusier de poner en marcha las teorías de proporción a escalera que terminarían en dar origen al Modulor. Al mismo tiempo constituía una visión innovadora de integración de un sistema de distribución de bienes y servicios autónomos que servirían de soporte a la unidad habitacional, dando respuesta a las necesidades de los residentes y garantizando una autonomía de funcionamiento en relación al exterior. Esta naturaleza autosuficiente pretendida por Le Corbusier era la expresión de una preocupación que comenzaba a surgir en los años veinte, en sus análisis de los fenómenos urbanos de distribución y circulación que comenzaban a repercutir en la sociedad moderna. Asentado sobre puntales en hormigón armado, el edificio fue concebido de manera de permitir una gran permeabilidad a nivel del suelo, con el nivel de la tierra funcionando como espacio de comunicación entre el exterior y el interior, con acceso a las comunicaciones verticales. Estos conceptos se volverían parte de la iconografía de Le Corbusier, que así dramatizaba la necesidad de relación de la construcción con el entorno urbano. Otro aspecto muy interesante de la unidad habitacional consiste a la utilización de la terraza como centro de funciones, siendo uno de los espacios de mayor vitalidad. Incluía: una pista del atletismo de 300 metros, un gimnasio cubierto, un club, enfermería, guardería y, espacio social. Estos servicios fueron dispuestos de manera que asimilasen las condiciones de visibilidad proporcionadas por la altura del edificio, enriqueciendo así la experiencia de vida de los residentes. Una de las obras que más nos cautivó durante los días de viaje. Lo irónico, sigue siendo increíblemente contemporánea.

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